Sucedió en la antigüedad

Publicado: 28 diciembre, 2007 en Sin categoría

Un día, en el tiempo de recreo, yo estaba sentado en el patio, en los bancos de cemento, con la espalda apoyada sobre la verja que había detrás y que separaba el patio del huertecito. Estaba solo y hacía sol. Es raro, porque normalmente en el recreo no estaba nunca sentado. Supongo que estaría pensando. En ti. En un momento dado tú viniste hacia donde yo estaba y te sentaste a mi lado. No dijiste nada y yo tampoco te saludé. Sólo cerraste los ojos, como yo, y dejaste que el sol acariciara tu pálido rostro. Lo mismo que estaba haciendo yo. El sol de abril siempre me ha parecido el mejor. No pasó nada más. Acabó el recreo. Pasaron los años y tú, seguramente, ni te acordabas de esta diminutez, pero como no es un momento coleccionado que tenga repetido, no te lo puedo cambiar por uno de los tuyos. Ni siquiera por uno de los más raros de tu colección.

… Tú lo eras todo
yo no era nada.
Pisábamos los charcos,
tan lejos estabas …

En audición: Golpes Bajos "Cena recalentada"

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