Diez años atrás

Publicado: 29 diciembre, 2007 en Sin categoría

Las instrucciones eran claras y concisas. Aún diez años después era capaz de rememorar el día en que, sentados en la mesa del café en el que se encuentra ahora, redactaron una carta jurándose amor eterno y el sobre con claras indicaciones sobre qué fecha debía ser entregado y a quién. Casi no le molestó que ella no hubiera llegado todavía. Eso le daba más tiempo para hacer algo que llevaba nueve años y trecientos sesenta y cuatro días deseando.

Se acercó al camarero que había en la barra y le hizo dos indicaciones. Le pidió un café cortado y le dijo: "seguramente usted no me conoce – el camarero, después de diez años, era otro – soy F.J. y hoy es el día en que tengo que recoger aquí un sobre con mi nombre que dejé hace diez años". El camarero, solícito, le sirivió la consumición y el sobre con una amplia sonrisa falsa en la boca. Se fue a la mesa más apartada que pudo y abrió el sobre con desespero. Allí estaba la carta que habían redactado diez años atrás en la que se hacían promesa de amor eterno. Encontró también la nota garabateada en una servilleta de papel que había añadido de escondidas en el sobre justo antes de entregárselo al camarero en la que se excusaba por no haber acudido a la cita de los diez años ya que notaba que su amor por ella se iba apagando. Se sintió ampliamente aliviado, pero, íntimamente contrariado porque ella no hubiera descubierto su nota. Todo habría sido más fácil si ella la hubiera leído. Y se dispuso a esperar a que ella, M., llegara a la cita.

M. no entró a las doce y diez en punto al bar, justo después de haber recogido a los niños del colegio, tal y como F.J. esperaba. El camarero, justo a la hora indicada, se acercó a la mesa de F.J. y le entregó otro sobre. "Perdón caballero, una señora vino aquí esta mañana y me dejó este sobre, creo que es para usted también".

"Querido F.J., por fin me siento liberada de la promesa de diez años atrás. Hoy es justo el día. Así que, por fin, puedo abandonarte sin remordimientos de conciencia. Espero que un día lo puedas entender. No te quiero, creo que nunca te quise como deben quererse dos seres que se dicen te amo. No intentes buscarme porque no voy a estar más para tí. No voy a decir que lo siento porque me siento liberada de todo lo que me ataba a ti. Un beso."

Así pues, diez años de farsas, de mentiras, de conveniencias, de ataduras, de desamor, quedaban volatilizados en una carta y una nota. Pero ambos no podían dejar de sentirse con la conciencia tranquila. Eran personas de palabra, estaba claro, ambos habían acudido al bar el día convenido. F.J. llamó una vez más al camarero y éste, bien puesto en su oficio, le preguntó: "¿malas noticias, caballero?". "Al contrario, excelentes, las mejores diría yo. Póngame una copita de anís que hay cosas que celebrar".

… calles que al pasar
yo voy recordando en mi corazón
y una chica que no hizo plan
ensaya una sonrisa
sin mirar atrás …

En audición: Los Elegantes "Dos años atrás"

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